Una de las muchas alegrías que me ha reportado venir a Eslovenia a realizar un EVS (Servicio de Voluntariado Europeo) ha sido la de poder asistir a la 24ª edición del Festival Internacional de Cine de Ljubljana. Se trata de mi primer experiencia en un festival de estas características, y siendo un campo al que me gustaría dedicarme profesionalmente, no puedo estar más contento de vivirlo aunque sea como espectador.
Lo interesante del LIFFe es que es un festival de cine dirigido tanto a la prensa especializada como a todos los ciudadanos eslovenos. Todas las películas que participan se proyectan en tres diferentes sesiones, cada una de ella en diferentes días y horarios y en distintos cines y salas de Ljubljana, capital de Eslovenia. Además, se proyecta una sesión de cada película en Maribor, la segunda ciudad más grande e importante del país, a 129 km de distancia, de ahí que también cuente con sus proyecciones particulares. El precio medio de la entrada es de 5’50€, pero al adquirir entradas por más de seis películas se realizan descuentos progresivos, por lo que se trata de un festival bastante económico.
En mi caso, el problema está en que todas las películas se proyectan en versión original con subtítulos en esloveno, y como aún no domino este lenguaje (ni creo que lo haga alguna vez) he tenido que optar por cintas en inglés y dejar pasar proyecciones que me interesaban mucho, como es el caso de La vida de Adele. La representación hispana viene de la mano de Blancanieves de Pablo Berger, El último Elvis de Armando Bo y Gloria de Sebastián Lelio. Tenía mucho en interés en ver esta última pero por conflicto de fechas la he tenido que descartar para poder ver Nebraska de Alexander Payne. Es una pena, pero ya tendré oportunidad de visionarla más adelante.
Al final me decanté por seis películas que comentaré brevemente a continuación y en los días sucesivos. Mi primer visionado fue Inside Llewyn Davis de los hermanos Ethan y Joel Coen. Aforo completo para lo nuevo de los directores de Fargo en Linhartova Dvorana, la gran sala del Palacio de Congresos Cankarjev dom donde se organizó su primera proyección. La película, que ganó el Premio del Gran Jurado en el último Festival de Cannes, sigue los pasos de un cantante de folk, Llewyn Davis, inspirado en la figura del músico Dave Van Rock, un artista destacado en el Greenwich Village de comienzos de los años 60. Davis es prácticamente un sin techo que cada noche duerme en el sofá de diferentes amigos y que intenta, sin mucho éxito, ganarse la vida como cantautor de folk.
Apoyados por un excelente trabajo de fotografía que resalta el frío invernal de Nueva York, a la vez que confiere a la película de un aspecto de postal antigua, y por un repertorio de canciones que hipnotiza, los hermanos Coen narran la historia de un perdedor egoísta, terco y antipático pero a la vez entrañable gracias a la poderosa interpretación de Oscar Isaac. El resto del reparto (Carey Mulligan, Justin Timberlake, John Goodman, Garrett Hedlund…) realiza intervenciones muy reducidas y esporádicas, orientadas a conducir el solitario viaje cuesta abajo del protagonista. La melancolía, la tierna subtrama del gato y el humor y el cinismo marca de la casa terminan de redondear una de las películas más cálidas y humanas de los hermanos Coen.
Sobre personas que no encuentran su lugar en el mundo también va Frances Ha de Noah Baumbach (Margot y la boda, Una historia de Brooklyn), quien firma con éste, su séptimo trabajo como director, su mejor película hasta la fecha. El filme sigue el periplo vital de Frances, una joven residente de Nueva York de 27 años alegre y optimista que sufre un revés cuando su mejor amiga se marcha del piso que compartían, al tiempo que se percata de que su sueño de ser bailarina puede ser más inalcanzable de lo que creía.
Tenía miedo de que la película se pasara de pedante como ocurrió con Damiselas en apuros, también protagonizada por Greta Gerwig, nueva musa del cine indie norteamericano. Afortunadamente, Frances Ha se revela como una encantadora y muy divertida fábula en torno al drama de muchos veinteañeros de hoy en día que saltan de casa en casa y de empleo a empleo sin saber qué hacer con sus vidas. Puede recordar bastante a la televisiva y muy recomendable Girls, pero resulta todo un acierto que la relación central de la historia sea la de Frances con su mejor amiga y que, en cambio, el aspecto romántico resulte casi imperceptible. Gerwig, que firma el guión junto a Baumbach, está sumamente adorable en su naturalidad y torpeza y su personaje está en las Antípodas de las cansinas heroínas modernas de feminismo de folletín a lo Bridget Jones. En definitiva, una película que, aun estando rodada en blanco y negro, está llena de color.
En la próxima entrada, hablaremos de Filth de Jon S. Baird y The Inmigrant de James Gray.
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