Hay personas cuyas vidas son carne de biopic, y no sólo personajes históricos o realizadores de grandes hazañas. Aunque bueno, Linda Lovelace podría entrar perfectamente en ambas categorías, pues la película porno que protagonizó, Garganta profunda, fue un icono de la revolución sexual de los 70, y en cuanto a la hazaña… en fin, se puede ver en el propio filme. Sin embargo, años después acusó a su marido de por aquel entonces, Chuck Traynor, de haberla obligado a rodarla a punto de pistola y se convirtió en una activista feminista en contra de la industria pornográfica.
El tándem de documentalistas integrado por Rob Epstein y Jeffrey Friedman ha llevado a la gran pantalla la vida de Linda Susan Boreman, adelantándose a un proyecto similar, Inferno, del que lo último que supimos, hace años, fue que iba a estar protagonizado por Malin Akerman en sustitución de la problemática Lindsay Lohan. Lo más seguro es que se haya cancelado tras la indiferente acogida de Lovelace tanto por parte de la crítica como del público. La estructura narrativa del biopic no es nada del otro mundo pero acierta al separar la imagen pública del éxito de Garganta profunda con la pesadilla que estaba viviendo Linda en la intimidad por los abusos de su marido y proxeneta.
Sin dejar de ser un biopic correcto, resulta demasiado convencional para el material que tiene entre manos. Esperaba más arrojo de los directores, los mismos que realizaron Howl, un arriesgado e innovador filme en torno a la figura del poeta Allen Ginsberg y su obra más conocida, Aullido. Me da la impresión de que han enfocado la figura de Lovelace con demasiada condescendencia y compasión, reduciendo un personaje tan atractivo al concepto de “chica que se enamora del hombre inadecuado que la lleva por el mal camino”. Seguramente, habría contado con la aprobación de la auténtica Linda, al igual que la audaz interpretación de Amanda Seyfried, que si bien no la llevará a los Oscar es una muestra de su talento y de que tiene un amplio número de registros por explotar.
La galería de secundarios está repleta de caras conocidas, aunque las interpretaciones más estimables son la de Peter Sarsgaard como Traynor y la de una irreconocible Sharon Stone como la madre de Linda, capaz de poner sus valores morales por delante de su hija. Resulta gracioso ver por unos pocos minutos a James Franco dando vida a Hugh Hefner (él iba a interpretar a Traynor pero por problemas de agenda se quedó con este cameo) pero poco más hay que rascar del atractivo reparto en el que figuran Juno Temple, Bobby Cannavale, Adam Brody y Chris Noth. En definitiva, Lovelace es un biopic que centra sus esfuerzos en mostrar una imagen redentora y conservadora de Linda Lovelace. Gustará especialmente a los fans de la Seyfried, pero si estás más interesado en todo el fenómeno que suscitó la película porno más famosa de la historia mejor que veas el documental Dentro de garganta profunda.
6/10
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