¿De qué va?: Durante la ocupación nazi en Italia, cuatro hombres poderosos se reúnen con cuatro ex-prostitutas y varios colaboradores para secuestrar a dieciocho jóvenes y encerrarlos en una mansión. Nadie en la casa puede eludir las reglas del juego establecidas por los señores; toda transgresión se castiga con la muerte. Además, ellos gozan de la libertad de disponer a su antojo de la vida de los cautivos.
Reputación: Pier Paolo Pasolini pasó parte de su juventud en la República de Saló. Durante ese tiempo presenció crueldades por parte del ejército italiano que le sirvieron de inspiración para la conceptualización de su película póstuma, aunque las barbaridades que se presencian en ella tienen un gran componente simbólico y metafórico. El director también se basó en el libro Los 120 días de Sodoma del Marqués de Sade; el cambio más importante reside en el lugar donde transcurre la acción, que cambia de la Francia del siglo XVIII a la Italia de los años 40. La película fue prohibida en 17 países (en Australia se censuró en 1975, se permitió en 1993 y se volvió a censurar en 1998) y se ha puesto en duda su legalidad, debido a que algunos de los intérpretes que participaron en escenas violentas y de sexo simulado podrían haber sido menores de edad. Durante la edición, varios rollos de película fueron robados y se utilizaron para chantajear a Pasolini, casualmente el día en el que murió arrollado por un coche. Las circunstancias de su asesinato nunca han quedado del todo aclaradas, al igual que tampoco se supo qué pasó con los rollos sustraídos.
Comentario: El visionado de Saló, o los 120 días de Sodoma ha sido una de las experiencias más desagradables de mi vida. Sin más. Ofrece niveles de violencia, repugnancia e incomodidad tan altos, directos y reales que resulta imposible no apartar la vista en algún momento, porque sus imágenes se quedan clavadas en la retina para que las puedas recordar en las situaciones más inoportunas. Es excesiva en su frialdad y explicitud pero nunca lo es de forma gratuita, puesto que las torturas y crueldades que representa no tienen la finalidad festiva y hueca que las de la saga Saw o Hostel. Los cuatro actos que componen la película son distintas muestras de la decadencia y corrupción de la raza humana, hasta culminar en un plano/metáfora de la pasividad que tenemos ante el horror y la violencia. Filme espeluznante pero desgraciadamente necesario que no volvería a ver.
Próximo visionado: Con la muerte en los talones (1959)
2 comentarios:
Concuerdo contigo. Es una película durísima. Recuerdo que una amiga que es historiadora del arte me comentó que cuando la pusieron en la facultad sólo acabaron de verla 3 personas.
Vi la parte que le hacen comer excremento cuando era muy pequeño...Eso es todo lo que puedo decir. Concuerdo con el comentario. Saludos
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