Tan débil, tan lejos

Dir.: Stephen Daldry
Int.: Thomas Horn, Sandra Bullock, Max Von Sydow, Tom Hanks, Viola Davis, Jeffrey Wright, John Goodman
¿De qué va?: Oskar Schell es un niño precoz de once años que al encontrar una misteriosa llave que pertenecía a su padre, muerto en los atentados del 11 de septiembre, se embarca en una búsqueda urgente y secreta por las calles de Nueva York, descubriendo por el camino a un grupo variopinto de personas, todas supervivientes a su manera.

Reseña: Grandes catástrofes como el atentado del 11-S son capaces de sacar lo mejor de las personas: solidaridad, valentía, fuerza, y todos esos valores que Estados Unidos siempre se jacta de poseer. Pero también pueden ser los detonantes  de sentimientos tan contrarios como la ira, la venganza o el miedo, sirviendo como justificación de actos tan abominables como la Guerra de Irak. Muchas películas han recogido estos acontecimientos con desigual fortuna, pero la gran mayoría se centra en el propio atentado en sí o en los soldados que fueron a la guerra, pocas se han centrado en las secuelas dejadas en los que vivieron la tragedia de lleno, los propios neoyorkinos.

Tan fuerte, tan cerca utiliza el 11-S como pretexto para hablarnos del sentimiento de pérdida en una gran ciudad que continúa con su frenético ritmo de vida aun permaneciendo en estado de conmoción, y lo hace a través de la mirada de un niño, Oskar, quien  también pasa por las distintas fases del duelo al tiempo que va recolectando historias de sus habitantes buscando un mensaje que le haya podido dejar su padre, fallecido en el atentado. El problema llega cuando esos retazos de vida, a los que apenas se les dedica unos minutos, interesan más que la historia principal, lastrada por el empecinamiento de su director, el academicista Stephen Daldry, de incidir en el dolor y el sufrimiento del crío, el cual tiene tantos momentos brillantes como otros en los que resulta verdaderamente cargante. El pequeño Thomas Horn tiene carisma a raudales y si no sigue los derroteros de Haley Joel Osment o Macaulay Culkin le auguro un gran futuro como actor, pero aquí llega a ser muy irritante por la combinación imposible de extravagancia e histerismo de su personaje.

Más entrañable y conmovedor que el propio niño resulta Max Von Sydow, que con una interpretación muda consigue transmitir todo el sentimiento que la película intenta inocular al espectador en vano. Sandra Bullock hace un trabajo más esforzado que el que le valió un Oscar hace unos años, protagonizando un par de escenas muy buenas, como la de la última conversación telefónica que mantiene con su marido, un Tom Hanks en la línea exasperante de su hijo en la ficción. Las aportaciones de Viola Davis, Jeffrey Wright y John Goodman son casi anecdóticas, sobre todo la de éste último, pero se justifican con lo  grandes que se hacen incluso en escasos minutos. Y es que nadie sabe llorar como Viola Davis…

Tan fuerte, tan cerca no es tan abominable como se ha llegado a decir pero tampoco reúne todas las cualidades que debería tener una película aspirante a ganar el premio a mejor película del año (no es por ser pesado pero Drive y Shame le dan mil vueltas). La película más floja de la corta filmografía de Stephen Daldry conmoverá algunos corazones, especialmente los más cursis y sensibleros, pero se muestra tan evidente y pretenciosa en sus intenciones melodramáticas que ahuyentará a la gran mayoría, aunque esta vez no se le puede echar la culpa al patriotismo americano. Menos mal que no asoma por ningún lado porque si no apaga y vámonos.

5’5/10