Mi chica

La película favorita de alguien no es sólo un reflejo de lo que le gusta ver en el cine, sino de algo más profundo, nos puede decir algo sobre su personalidad y sobre la forma en la que ve la vida. Por eso nos duele tanto que se metan con nuestro filme predilecto, porque si de verdad nos encanta es como si se estuvieran metiendo con nosotros. Todo esto viene a cuento de que tras casi dos años escribiendo este blog por fin he decidido hablarles sobre mi película favorita, The Good Girl.

He tardado tanto en mencionarla porque siempre he pensado que lo que escriba sobre ella nunca estará a la altura de lo mucho que significa para mí esta película, pero ya que le he dedicado este mes a Jennifer Aniston he decidido intentar un acercamiento. The Good Girl es una película del año 2002 dirigida por Miguel Arteta, autor de varios capítulos de la serie A dos metros bajo tierra. De bajo presupuesto y sin una gran repercusión en las taquillas americanas, consiguió algunos premios como el Indepent Spirit Award al mejor guión (escrito por Mike White que también actúa en la peli) y buenas críticas para la actuación de Jennifer Aniston, que hasta entonces no había demostrado su registro dramático en la gran pantalla.

La buena chica del título es Justine (Aniston), una trabajadora de supermercado que no es feliz con la vida que lleva. Está casada con Phil (John C. Reilly), un hombre que la quiere, pero que se pasa los días fumando porros junto a su amigo Bubba (Tim Blake Nelson) y que es incapaz de darle un hijo. Hasta que un día, Justine conoce a un joven compañero de trabajo, Holden (Jake Gyllenhaal), con el que tiene una conexión especial, y aunque en un principio intenta hacer lo correcto, sucumbe e inicia una aventura con él. Pero pronto se da cuenta de que sus actos traerán consecuencias y deberá tomar una decisión que podría cambiarle la vida.

Puede parecer que se trata de otra película de sobremesa sobre infidelidades, nada más lejos de la realidad. The Good Girl es un retrato agridulce sobre la frustración y la infelicidad de los adultos que no han conseguido realizar sus sueños de juventud. También es una película sobre la hipocresía, sobre personas que te dedican una sonrisa y luego cuchichean a tus espaldas, y las que fingen ser algo que no son para aparentar normalidad y felicidad. Todo bajo una suave capa de melancolía y humor satírico.

 

Para mí esta película lo tiene todo: dura lo justo, los personajes están muy bien definidos y maravillosamente interpretados por el reparto, encabezado por Jennifer Aniston en su mejor actuación en el cine (lo expresa todo con una mirada). La banda sonora es perfecta para la historia y el guión es estupendo. Es una película que aunque ya me sé de memoria no me canso de ver, y aunque ya hayan pasado siete años desde que la visioné por primera vez en el cine no hay película que me haya calado tanto como ésta, aunque hayan habido algunas que se le han acercado mucho.  Puede que llegue el día en el que otro filme la supere en mi lista de favoritos, pero el gran sentimiento de nostalgia que me produce cada vez que la veo perdurará para siempre.

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