Comedias absurdamente divertidas... o no

La última película como director del cómico Ben Stiller sigue la  misma temática de la anterior, Zoolander, pero en vez de mofarse y ridiculizar el mundo de la moda se ríe del star-system de Hollywood. Stiller realiza un ejercicio de autocrítica desmesurado, gamberro, zafio pero muy, muy divertido. Incluso antes de la propia película ya te estás riendo con los tráilers falsos, en los que los dardos envenenados ya se han empezado a lanzar: Sylvester Stallone, Eddie Murphy, Russel Crowe, los Oscar, los ejecutivos de los grandes estudios... Todos reciben su correspondiente ración de tortas.

Stiller vuelve a rodearse de amiguetes, todos con el chip activado de reírse de sí mismos y de pasarlo en grande. Así, Robert Downey Jr. está muy gracioso con su parodia de los actores de método, aunque tampoco me parece una interpretación como para conseguir premios más allá de los que da la MTV, tiene momentos buenísimos (gran discurso el de los minusválidos y los Oscar). En cambio, la participación estelar de Tom Cruise tiene gracia al principio por lo radical de su caracterización, pero salvando el momento en el que intenta abrirle los ojos al personaje de Matthew McConaughey está muy pasado de rosca.
Y ese es el gran 'pero' que se le puede achacar a la película, que algunas barbaridades tienen gracia y otras no. Tropic Thunder no es un plato al gusto de todos los paladares, pero quienes sintonicen con su sentido del humor se lo pasarán en grande, eso seguro.

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Superfumados forma parte de la factoría de Judd Apatow, aunque el director sólo ejerza como productor varios de los elementos de su patentado sello están presentes: camadería entre hombres inmaduros, humor grueso y Seth Rogen. Sorprendentemente nos encontramos a David Gordon Green en la silla del director, un señor que había cimentado su carrera en el drama indie (All The Real Girls, Snow Angels) y que aquí se rinde ante la comedia comercial.

Superfumados está lastrada por una historia plana y lineal, y la mayoría de los gags que funcionan corren a cargo de James Franco, divertidísimo en su papel de fumeta, pero al fin y al cabo desaprovechado por una trama que ya hemos visto cientos de veces antes en otras pelis sobre pardillos en apuros.

**1/2

Los 10 locos mandamientos es de los más bizarro que te puedes encontrar en la estantería de comedia de tu videoclub. Lanzada directamente a alquiler, la película se compone de 10 historias, cada una libremente basada en un mandamiento en particular. Una premisa a priori interesante y con mucha chicha que el director David Wain (Mal ejemplo) ha utilizado de forma poco convencional. Las tramas son muy surrealistas y absurdas, como la del cirujano que mata a su paciente por dejarse unas tijeras dentro para gastar una broma o la de que Winona Ryder roba un títere (¿demasiada casualidad que protagonice el sketch de No robarás?) y luego practica sexo con él.

 

Tengo la impresión de que esta película hará reír a pocos e irritará a muchos. Yo aún no me explico cómo es que tienen a Jessica Alba en el reparto y sólo sale durante dos escasos minutos del film, lo suyo es más bien un cameo desaprovechado. Si no es que ha trabajado gratis, habrá sido el sueldo más fácil que se ha ganado la muchacha.

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