Tras varios intentos de estreno en cines, finalmente Snow Angels ha pasado directamente a alquiler en nuestro país en una edición de dvd pelada de extras, y lo que es peor, ¡sin subtítulos! Vamos, que si no quieres aguantar el discutible doblaje, ni tampoco eres un experto en inglés te aguantas porque no hay ni rastro de ellos, algo que me parece impensable en los tiempos que corren.
En lo que se refiere a la calidad de la película, nos encontramos con una propuesta muy interesante del director David Gordon Green; Green filma de cerca la relación de varias parejas que viven en un pueblo nevado, alternando rápidamente las historias con total naturalidad y acentuando la diferencia existente entre el primer amor, tan bonito y transparente, con las relaciones podridas de los adultos; en unas hay cabida para segundas oportunidades y otras lamentablemente acaban muy mal.
En lo que se refiere a la calidad de la película, nos encontramos con una propuesta muy interesante del director David Gordon Green; Green filma de cerca la relación de varias parejas que viven en un pueblo nevado, alternando rápidamente las historias con total naturalidad y acentuando la diferencia existente entre el primer amor, tan bonito y transparente, con las relaciones podridas de los adultos; en unas hay cabida para segundas oportunidades y otras lamentablemente acaban muy mal.
La primera hora de metraje es notable, destaca el rápido montaje que se ha utilizado para saltar de una historia a otra. Cuando llega el momento álgido, el epicentro de la historia, la película pasa a centrarse en una pareja mientras que desatiende un poco al resto, me refiero a la formada por los espléndidos Sam Rockwell y Kate Beckinsale, dejando un poco de lado el tema del amor para centrase en la redención y el sentimiento de culpa. No es un mal giro de guión pero impide que se resuelvan todas las tramas de forma satisfactoria.
Los fans de Kate Beckinsale (entre los que me incluyo) no deberían perderse esta película en la que la actriz explora un registro dramático en el que no la vemos a menudo. Es una lástima que en la cartelera actual haya cabida para patéticas parodias de películas famosas y para productos infantiles prefabricadas y sobreexplotados pero no para pequeños dramas que saben encogernos el corazón. Y lo peor es que la taquilla les da la razón.
***1/2
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