La disminución de espectadores en las salas de cines es una crisis de la que la indistrua cinematográfica nos está advirtiendo desde hace tiempo. Como todos sabemos, la principal causa de tal problema es la piratería pero... ¿cuál es el motivo por el cual los internautas se bajan ilegamente películas por Internet? Está claro que un factor importante es el incremento del precio de las entradas, el cual viene dado por la reducción de espectadores, lo que nos mete de lleno en una espiral en la que es difícil dilucidar quién empezó la pelea. Sin embargo, creo que hay otros factores que influyen a la hora de descargarse una película de internet, y que deberían tomar en cuenta los directivos de los estudios de cine.
En primer lugar, y principal motivo por el que escribo este post, es la deficiente distribución de películas que sufre nuestro país. Para empezar tenemos que aguantar con numerosos retrasos en las fechas de estreno de determinadas películas (de corte independiente mayoritariamente), que sus distribuidores no están seguros de lanzar puesto que no son un valor seguro para la taquilla, dedicándose a posponer su estreno pocos días antes de que llegue el día previsto.
Casos recientes de este caso de "retraso compulsivo" son Antes que el diablo sepa que has muerto y Snow Angels. La primera se ha retrasado por tercera o cuarta vez, ahora hasta finales de Mayo, ya veremos si es la definitiva, y la segunda ha sido pospuesta indefinidamente hasta que su distribuidora española sepa encajarla dentro de la cartelera. A fin de cuentas, son películas destinadas a un público minoritario, pero fiel, y en mi opinión da igual que muevan tanto las fechas puesto que la recaudación será más o menos la misma, a no ser que la estrenen el mismo día que una gran superproducción que acapare la mitad de la salas del cine. Ese es el otro gran problema de la distribución.
Pongamos un sencillo ejemplo: te enteras de que estrenan una peli 'x' dentro de un mes (no x de porno no me sean malpensados). En ese tiempo tras ver todos los trailers habidos y por haber y leer todas las estupendas críticas que le han dado te sientes preparado para extasiarte en la butaca del cine. Por fin llega el día del estreno y miras en Internet de averiguar dónde exiben tu película para saber el horario. Pero un momento... la película no aparece por ningún lado ¿Habrá un error? Pues no, lo que pasa es que te acaban de putear, que la ansiada película se proyecta en el cine de la Comunidad Autónoma de enfrente, o lo que es peor, si vives en una isla estás totalmente incomunicado de ella.
¿Solución? Hay dos opciones: a) Albergas un poco de esperanza creyendo que la pondrán en el cine unas semanas después y si no acabarás esperando como un niño bueno a que salga en el videoclub o b)Te la bajas de internet en versión original subtitulada al castellano pero con calidad de Dvd, seguramente porque hace un año que se estrenó en Estados Unidos.
La razón por la que escribo esto precisamente ahora es la decepción que me he llevado al ver que no han puesto Lars y una chica de verdad en los cines de mi isla, una película que llevaba esperando desde que me enteré de que la estaban rodando, y no hace mucho me pasó lo mismo con Rebobine por favor. Las primeras veces en las que me pasaba ésto me cabreaba y mandaba e-mails expresando mi enfado a las distribuidoras. Ahora ya ni siquiera me sorprende.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? Señores, nos están induciendo a la piratería. Peor aún, están llevando por el lado oscuro a los que todavía nos emociona comprar una entrada para ir al cine. Hay varias medidas que se pueden adoptar para que esto no suceda, como descargas legales por internet o una distribución más equitativa de las películas. Aunque duren sólo una semana y se exiban en la sala más cutre del cine. Pero lo que no se puede hacer es poner el grito en el cielo cuando parte del problema se lo están buscado ellos mismos.
Como dije en un principio hay otros muchos factores por los que una persona decide bajarse una película de la "mula" pero de esas ya hablaremos de otro manifiesto que por ahora es suficiente.
La razón por la que escribo esto precisamente ahora es la decepción que me he llevado al ver que no han puesto Lars y una chica de verdad en los cines de mi isla, una película que llevaba esperando desde que me enteré de que la estaban rodando, y no hace mucho me pasó lo mismo con Rebobine por favor. Las primeras veces en las que me pasaba ésto me cabreaba y mandaba e-mails expresando mi enfado a las distribuidoras. Ahora ya ni siquiera me sorprende.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? Señores, nos están induciendo a la piratería. Peor aún, están llevando por el lado oscuro a los que todavía nos emociona comprar una entrada para ir al cine. Hay varias medidas que se pueden adoptar para que esto no suceda, como descargas legales por internet o una distribución más equitativa de las películas. Aunque duren sólo una semana y se exiban en la sala más cutre del cine. Pero lo que no se puede hacer es poner el grito en el cielo cuando parte del problema se lo están buscado ellos mismos.
Como dije en un principio hay otros muchos factores por los que una persona decide bajarse una película de la "mula" pero de esas ya hablaremos de otro manifiesto que por ahora es suficiente.
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