¿De qué va?: A principios del siglo XX, Karen contrae un matrimonio de conveniencia con el varón Blixen, un mujeriego empedernido. Ambos se establecen en Kenia con el propósito de explotar una plantación de café. Al poco tiempo, Karen se queda prendada de las tierras y de la gente de Kenia, pero también se enamorará de Denys Finch-Hatton, un aventurero que ama la libertad por encima de todas las cosas.
Reputación: Memorias de África (Out of Africa) está basada en la historia real de la escritora y baronesa danesa Karen von Blixen-Fineck a partir de dos biografías sobre ella y varios de los libros que escribió, pero centrándose particularmente en los problemas matrimoniales con su marido y en la relación que mantuvo con Finch Hatton. Sydney Pollack dirigió la que sería su película más recordada con Meryl Streep y Robert Redford como protagonistas, aunque en un primer momento el papel de ella era para Audrey Hepburn, mientras que Jeremy Irons se empeñó en conseguir el de él, pero poco pudo hacer ante la gran amistad que existía entre Pollack y Redford, que ya habían trabajado anteriormente en cinco películas. El filme fue rodado mayormente en África, aunque tuvieron que traer leones amaestrados desde California porque las leyes locales les impedían rodar con animales salvajes. Memorias de África fue un enorme éxito de público y crítica, alzándose como la gran triunfadora de la de 58º Edición de los Oscar con siete estatuillas: mejor película, director, guión, fotografía, banda sonora, dirección artística y sonido.
Comentario: Señoras que van al cine para ver a Meryl Streep. Este es el título de un interesante artículo de Boxoffice.es sobre el cine comercial pensado para mujeres para el que la veterana actriz ya es un icono; prueba de ello son algunos de sus últimos trabajos, como No es tan fácil o El diablo que viste de Prada, que se han convertido en grandes éxitos de taquilla. Pero Streep lo lleva haciendo desde Memorias de África, en donde encarnó un personaje que repetiría (con diferentes matices) en Los puentes de Madison diez años después, el de una mujer atrapada en un matrimonio insatisfactorio que se enamora profundamente de un hombre a la antigua usanza, independiente y varonil pero afectuoso y atento. Simultáneamente, la buena mujer se enamora de África y nosotros también, porque la película mantiene el equilibrio entre la imagen romántica que proyecta esa tierra salvaje y los problemas que ha acarreado a lo largo de su historia. Bella historia de amor en la madurez que cautiva tanto a las señoras como a todo aquel que se deleite con su preciosa banda sonora.
Próximo visionado: El cazador (1978)
2 comentarios:
Y yo como una señora.
Es un peliculón...cada vez que acaba me dan ganas de volver a verla. Está muy logrado el momento en que dejan de sonar los tambores e intuimos que ha pasado algo, que algo se ha acabado.
Publicar un comentario