30/12/11

O.C: Roma, ciudad abierta (1945)

Poster Roma, ciudad abierta

¿De qué va?: Estando Roma ocupada por los nazis durante la 2ª Guerra Mundial, la Gestapo intenta atrapar a Manfredi, líder del Comité Nacional de Liberación. Un tipógrafo y su futura esposa aceptan que éste y algunos de sus camaradas se refugien en su casa, pero los alemanes no tardan en descubrir el escondrijo y rodear la vivienda…

Reputación: Con Roma, ciudad abierta nació el neorrealismo, movimiento aparecido en Italia durante la 2ª Guerra Mundial. Su principal característica radica en la representación de la vida cotidiana, a mitad de camino entre relato y documental, muchas veces con personajes de la calle en vez de actores profesionales. Roberto Rossellini dirigió la película contando con un guión escrito por Federico Fellini, Sergio Amidei y por él mismo; el primero se encargó exclusivamente del papel del cura y de sus diálogos, pues Amidei nunca cedió a colaborar con él en la escritura del libreto. La película comenzó a rodarse sin que el conflicto hubiese terminado y debido a la gran escasez de medios y presupuesto el director de fotografía, Ubaldo Arata, se vio obligado a utilizar película muda y caducada para sonorizarla posteriormente en un estudio de doblaje. Aunque buena parte del reparto no era profesional, el filme contó con el reconocido actor Aldo Fabrizi en el papel del párroco, quien aceptó una rebaja en su caché, de un millón de liras a 400.000, para poder participar en él. La película fue víctima de la censura en varios países: en Estados Unidos le recortaron 15 minutos, en Alemania Occidental fue prohibida durante la década de los 50 y en Argentina fue retirada de los cines por una orden anónima procedente del gobierno en 1947. Aún así, obtuvo una nominación a mejor guión en los Oscar y ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1946.

Roma ciudad abierta 
Comentario: En El ladrón de bicicletas, la otra gran película del neorrealismo italiano, contemplábamos la pesadumbre y el caos de una Roma en ruinas a través de los ojos de un padre desesperado y de su candoroso crío. En Roma, ciudad abierta volvemos a encontrarnos con una mirada dolorosa y desazonada de las heridas que ha abierto la guerra en la ciudad pero desde los diversos puntos de vista de las personas relacionadas con la resistencia italiana. Incluso los alemanes, aun siendo los villanos la película, son en algunos casos humanizados por una autoconsciencia de su crueldad. Pero el filme no es sólo un retrato de la sociedad italiana durante la guerra sino un canto a favor de la revolución para luchar por un futuro mejor para los niños, pues tal y como señala la película, son las mayores víctimas de la contienda y es en ellos donde reside la esperanza de que no se vuelvan a cometer los errores del pasado.

Próximo visionado: El acorazado Potemkin (1925)

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