El cine de terror actual está dominado por las películas conocidas como de material encontrado, una corriente fílmica que inició El proyecto de la bruja de Blair hace muchos años que se vale de una sensación trucada de realidad y de actores desconocidos para meter miedo en el cuerpo. Yo estoy de acuerdo con aquella afirmación que dice “mejor sugerir que mostrar”, pero acabo cansándome de las puertas que se cierran solas y de los personajes que marean la cámara hasta vomitar, echo de menos los terrores clásicos de mi infancia, sobre posesiones y presencias demoníacas . Para mi sorpresa, Insidious los ha traído de vuelta.
Curiosamente, su artífice es James Wan, creador de la saga Saw, máxima representante de la otra moda del cine de terror, esa que sustituye los sustos por el asco que provocan auténticas carnicerías humanas. Insidious es todo lo contrario, una en apariencia clásica película de casas encantadas sin una gota de sangre que tras crear un ambiente malsano y diabólico (hasta la tipografía del título es espeluznante) encadena secuencias escalofriantes sin permitir que bajemos la guardia. Cierto es que abusa de los típicos golpes sonoros para conseguir que nos sobresaltemos pero en realidad son sus imágenes, las fugaces apariciones fantasmales y la sabia utilización del espacio y del segundo plano lo que consigue que nos inquietemos de verdad. Precisamente, uno de los momentos más espeluznantes se produce cuando la médium describe una presencia demoníaca que hay en el techo sin que nos la muestren.
Poco importa que la explicación del asunto sea un poco chorra ni que a veces roce el ridículo, especialmente en un tercer acto tan desmesurado como lo fue el de Poltergeist, cuando la tensión se mantiene siempre constante, además de que bordea algunos de los lugares comunes del género como no asociar el espiritismo con simbología religiosa. Tal ha sido su éxito (se rodó con unos míseros 1’5 millones de dólares y ha recaudado 92 millones en todo el mundo) que ya se ha anunciado una secuela, aunque no tendría por qué seguir con la historia del matrimonio formado por los muy correctos Patrick Wilson y Rose Byrne (ella más que él), pues aunque el final sea abierto, y no sea lo que parece a primera vista, funciona porque recuerda a esas historias que se cuentan los niños para asustarse los unos a los otros.
James Wan ha construido un auténtico tren de la bruja de tensión siempre ascendente, sin embargo, habrá quien viva una experiencia terrorífica y habrá quien se ría a lo largo de todo el trayecto, depende de la capacidad de inmersión de cada uno. Feliz Halloween.
7/10
3 comentarios:
Yo, JOSÉ SEOANE RIVEIRA, veintitrés años, colaborador semanal de la presente página THE OTHER FANBOY BLOG en la sección EL RINCÓN DE CHECHU, infinidad de películas vistas, inclinación desde niño al cine de terror,
EXPONGO
1. Que pasé la mitad del tiempo que dura INSIDIOUS tapado con una manta.
2. Que realicé la práctica del plano cortado, es decir, mirar solamente una mitad de la pantalla mientras la mano tapa la otra.
3. Que mi corazón se aceleró un 85% todo el tiempo que duró la película.
4. Que, de no haber dormido en casa mi compañera de piso esa noche, hubiese huido despavorido.
5. Que nunca había pasado tanto miedo delante de una televisión.
Y así conste, con validez a todos los efectos,
En Salamanca, a 31 de octubre de 2011.
José Seoane Riveira.
Me gustó, aunque como dije en varios blogs por alli su segunda mitad flojea bastante. Es interesante los grandes momentos que tiene la pelicula, guarda un aire clasico mezclado con modernidad que esta muy bien conseguida.
Saludos!!
Chechinho... eres un cagueta!! Jajajajajaja
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