La vida en un reloj de arena

 
Creador: Darlene Hunt
Int.: Laura Linney, Oliver Platt, Gabriel Basso, John Benjamin Hickey, Phyllis Somerville, Reid Scott, Gabourey Sidibe
Emisión: 2010 – Actualidad, Showtime

Una de las premiadas y grandes ausentes de la pasada ceremonia de los Globos de Oro fue Laura Linney, quien recibió el galardón a la mejor actriz de serie cómica por The Big C, uno de los estrenos revelación de la última temporada televisiva americana. La serie consta de una primera temporada de 13 capítulos y de la confirmación de una segunda tras los buenos datos de audiencia recogidos.

¿Pero qué es la gran ‘C’ a la que hace referencia el título? Pues el   cáncer, qué si no, aunque también es la ‘C’ de Cathy, nuestra protagonista, una mujer madura, ama de casa, con un marido demasiado infantil y un hijo en plena y convulsa adolescencia. La vida de Cathy es de lo más apacible hasta que le diagnostican un melanoma. Una de las primeras cosas que hace al descubrirlo es poner en marcha la construcción de una piscina en su patio; y es que Cathy no está dispuesta a pasar por el trance de tener que recibir un tratamiento agresivo que no le asegura vida extra, así que decide no contárselo a nadie y hacer esas pequeñas cosas que siempre había querido hacer. Vivir y experimentar todo lo que había dejado de lado, así afrontaría mejor su enfermedad, o quizás no…

The Big C tiene un tono de comedia negra emparentado con otro de los grandes éxitos de la cadena Showtime, Weeds. Tanto el personaje femenino central de cada serie como los rasgos de algunos secundarios guardan semejanzas pero el tema de ambas no tiene nada que ver. The Big C es una serie que habla sobre la muerte, de cómo es vivir siendo consciente de ella cada día, de que hay multitud de formas de afrontarla pero ninguna es la ideal, algo que deja patente el excelente capítulo en el que Cathy se enfrenta a un grupo de apoyo. Es una comedia ácida e incisiva pero también contiene multitud de momentos tiernos y melancólicos, de esos que sin quererlo consiguen que te asome la lagrimilla por el ojo, pero sin caer nunca en la sensiblería barata. Tanto las risas como los lloros están asegurados.

En su larga trayectoria cinematográfica, Laura Linney ha demostrado ser una excelente actriz y en The Big C ha encontrado el vehículo perfecto para demostrar su madurez interpretativa, sin ella la serie perdería mucho encanto. Los secundarios también son estupendos, personajes estrambóticos  con algún valor específico que aportar a la serie y a los que resulta fácil cogerles cariño, como al marido inmaduro (Oliver Platt), el hermano guarro y ecologista (John Benjamin Hickey) o la anciana cascarrabias que vive enfrente (Phyllis Somerville). Además, para ser una serie de tan corta vida ya ha contado con invitados de lujo, caso de Gabourey Sidibe, Brian Cox, Idris Elba, Cynthia Nixon o Liam Neeson.

 
The Big C ha sido mi gran descubrimiento televisivo de la temporada y me gustaría que le echaran un vistazo, porque seguramente les pasará los mismo que a mí, se enamorarán de Cathy y se engancharán sin remedio a su viaje interior que nos hace reflexionar, entre otras cosas, en que no habría que llegar al último tramo de nuestra vida para empezar a vivir en serio, porque la gran ‘C’ no deja de ser un símbolo de el momento de inflexión que nos hará libres, justo como le pasa a Cathy. Estoy deseando que llegue el próximo verano para que me den nuevas lecciones de vida mientras me lo paso en grande y sin sentir adoctrinamiento por ningún lado. The Big C es muy grande y todo apunta a que lo seguirá siendo.