O.C: Cantando bajo la lluvia (1952)

¿De qué va?: Con el nacimiento del cine sonoro Hollywood se prepara para un gran cambio que afectará no sólo al modo de hacer sus películas sino también a los actores. Mientras el ídolo del cine mudo Don Lockwood intenta sobrevivir a la transición se enamora perdidamente de la aspirante a actriz Cathy Sheldon, pero la estrella de voz de pito Lina Lamont se interpondrá entre ambos.

Reputación: Qué decir que no sepan ya de uno de los musicales más importantes y populares de la Historia. El número de Gene Kelly cantando y bailando bajo una fuerte lluvia (que en realidad era una solución salina mezclada con leche) pasó a los anales del cine y se convirtió rápidamente en una referencia de manejo popular. ¿O acaso hay alguien no se haya puesto a cantar Singin’in the Rain cuando le ha pillado un chaparrón?  Los Oscar apenas se percataron de ella, nominándola tan sólo en las categorías de mejor música y actriz secundaria, pero el público sí que supo responder ante el esfuerzo de Kelly y compañía: Cantando bajo la lluvia fue la película más taquillera de aquel año y es una habitual en cualquier lista que enumere los mejores musicales, las películas más entretenidas o los mejores filmes de todos los tiempos.

Comentario: Siendo tan fan de los musicales ya era hora de incluir uno dentro de la Operación Clásico, así que escogí el que tenía mejor puntuación en Filmaffinity. No puedo estar más contento con mi elección, me ha encantado. Es tan divertida, tan inteligente en su modo de retratar a ese Hollywood de farándula, pero a la vez tan mágico y especial. Con números musicales tan exquisitos y pegadizos, desde el popular y optimista Good Morning hasta el romántico You Were Meant For Me. Y qué gran sentido del humor, con el personaje impagable que interpreta Jean Hagen, la engreída y chillona Linda Lamont. Si tuviera que hacer ahora mismo un ranking con las películas que he visto hasta ahora para esta sección Cantando bajo la lluvia ocuparía la primera posición sin la menor duda. Un pequeño gran tesoro cinematográfico.

Próximo visionado: Luces de la ciudad (1931)