Al director por encargo más catalán de Hollywood, Jaume Collet-Serra, por fin le han encomendado una película con la que lucirse... Bueno, en realidad no es nada del otro mundo, pero supone todo un progreso teniendo en cuenta que las anteriores películas que había rodado eran La casa de cera, bastante decente para ser una de terror adolescente (Paris Hilton mediante), y ¡Goool 2! Viviendo el sueño que no veré si antes puedo impedirlo, muchas gracias.
La huérfana no parte de una idea original, el recurso de los niños diabólicos ha sido recurrido por muchas cintas de terror. Sin ir más lejos, Expediente 39 se había estrenado un mes antes en España, pero si en aquella la maldad de la chiquilla era de origen sobrenatural, en la película de Collet-Serra es de naturaleza realista, dentro de lo que cabe, lo que da más miedo aún.
En cierto modo, la película también cae en unos cuantos lugares comunes del género, los personajes actúan tal y como pensamos que van a actuar tanto para bien como para mal, y podemos intuir cómo van a resolverse ciertas situaciones, pero hay pulso narrativo, el interés se mantiene constante. Poco a poco se va fraguando una atmósfera inquietante y tenebrosa que acaba desembocando en un giro de guión sorprendente que se desvela en uno de los momentos más terroríficos de la cinta. Puede que te acojone o puede que te haga partirte de risa, pero funciona, encaja perfectamente e incluso diría que es imposible de anticipar.
Resulta que La huérfana acaba por ser mejor de lo que esperaba. Su impecable factura, retorcida historia y actores tan solventes como son Vera Famiga y Peter Sarsgaard suponen sus principales y fuertes bazas. Y qué decir de la niña, Isabelle Fuhrman y su diabólica Esther debería hacerse un hueco en la lista de los villanos más inquietantes de la historia del cine.
7 /10
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