Me he puesto muy cursi al titular esta entrada, pero es que la
Once es la historia de Glen Hansard, un cantante y compositor que toca en las calles de Dublín cuando no trabaja en la tienda de aspiradoras de su padre. Por el día toca canciones populares, pero cuando la noche cae se atreve a cantar sus propias composiciones. Un día conoce a Markéta, una imigrante checa con la que conecta rápidamente por la pasión que sienten ambos por la música.
Una historia muy sencilla, rodada de manera muy simple (cámara en mano todo el rato) pero que llega directamente al corazón gracias a su humildad y honestidad, pero sobretodo a las maravillosas canciones que componen esta suerte de musical 'indie'. Es inevitable ver la película y pensar al mismo tiempo en pillarte la banda sonora cuanto antes. Las composiciones y las interpretaciones de sus maravillosos actores eclipsan la narración de la historia que se sostiene en los intervalos entre canción y canción.
Once camina entre la nostalgia y la serenidad, una película que a pesar del sentimiento agridulce que despierta por lo realista de su tratamiento no deja de ser una película muy recomendable para pasar unos 85 escasos minutos en las nubes.
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circunstancia lo merece. Primero les pongo en antecedentes: Once (Una vez) es una película irlandesa rodada con cuatro duros allá por el 2006 pero que no fue reconocida a nivel mundial hasta el año siguiente, llegando a alzarse con el Oscar a mejor canción y anteponiéndose a las tres canciones nominadas de Encantada.
Once es la historia de Glen Hansard, un cantante y compositor que toca en las calles de Dublín cuando no trabaja en la tienda de aspiradoras de su padre. Por el día toca canciones populares, pero cuando la noche cae se atreve a cantar sus propias composiciones. Un día conoce a Markéta, una imigrante checa con la que conecta rápidamente por la pasión que sienten ambos por la música.
Una historia muy sencilla, rodada de manera muy simple (cámara en mano todo el rato) pero que llega directamente al corazón gracias a su humildad y honestidad, pero sobretodo a las maravillosas canciones que componen esta suerte de musical 'indie'. Es inevitable ver la película y pensar al mismo tiempo en pillarte la banda sonora cuanto antes. Las composiciones y las interpretaciones de sus maravillosos actores eclipsan la narración de la historia que se sostiene en los intervalos entre canción y canción.
Once camina entre la nostalgia y la serenidad, una película que a pesar del sentimiento agridulce que despierta por lo realista de su tratamiento no deja de ser una película muy recomendable para pasar unos 85 escasos minutos en las nubes.
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2 comentarios:
¡ Quiero verla ! ):
Mmmm...musical indie. Interesante. :D
Yo ya puse "la maquinaria" en casa para poder verla.. pq tiene buena pinta. Que gusto da conocer cosas nuevas que no sabes ni que existen siempre que paso por aqui. Saluditos.
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